Rosario vuelve a detenerse. Este domingo, a las 17, el Coloso Marcelo Bielsa será el escenario de un nuevo capítulo de la histórica rivalidad entre Newell’s y Central. No es solo un partido: es el Clásico rosarino, la cita futbolística que despierta emociones intensas, alimenta la pasión y marca el humor de toda la ciudad.
Para los hinchas, la victoria significa gloria, orgullo y cargadas que pueden extenderse por meses. La derrota, en cambio, es un trago amargo que solo el tiempo —o una revancha— puede suavizar. Con Fernando Echenique como árbitro y transmisión de TNT Sports, todo está listo para otro choque inolvidable.
Un partido aparte, una historia sin guion
El Clásico rosarino: Newell’s vs. Central se juega mucho antes del pitazo inicial. Se empieza a sentir desde el momento en que el fixture lo confirma y crece en intensidad a medida que se acerca la fecha. Para los jugadores, representa más que tres puntos; para los hinchas, es un enfrentamiento donde se pone en juego el orgullo barrial, familiar y hasta generacional.
Aunque los antecedentes suelen perder peso en este tipo de encuentros, no se puede ignorar el presente de ambos equipos. Newell’s llega golpeado, sumido en un escenario complejo tanto en lo institucional como en lo deportivo. Para el equipo rojinegro, este partido puede significar la oportunidad de levantar cabeza y darle una alegría a su gente. Del otro lado, Central atraviesa un mejor momento: confiado, sólido y con el respaldo de un historial reciente favorable. Sin embargo, en estos duelos no hay lógica que valga.
Dos realidades, una misma presión
Jugar de local le otorga a Newell’s el respaldo de su hinchada, pero también le impone la obligación de ganar. Central, en cambio, carga con la responsabilidad de mantener su dominio en el historial reciente y demostrar por qué llega como favorito.
Más allá de estrategias, planteos y esquemas, el Clásico rosarino se define con garra, corazón y entrega absoluta. Este domingo, Rosario vuelve a dividirse en dos. Que empiece el juego. Que gane el mejor.
